jueves, 7 de julio de 2011

Pininos criticones.

Sobre el Rock n’ Roll y otras minucias

I'm full of dust and guitars

Syd Barret

 

El siglo XX fue ensordecedor: los inventos de la radio, la televisión y el teléfono sirvieron para comunicar la historia de más de 70 millones de muertos y el incalculable sufrimiento que las guerras mundiales, de Corea, de Vietnam, revoluciones rusa, cubana y un buen número más, provocaron. Dentro de ese mundo, polarizado por la Guerra Fría, y del que nos separan tan sólo unos años, se desarrolla la puesta en escena Rock n’ Roll, original de Tom Stoppard, traducida y adaptada por Alfredo Michel y dirigida por Alfonso Ruizpalacios, que se presentó en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario de la UNAM durante la temporada Enero-Junio del 2011.

Definir qué es exactamente lo que sucede y plantea Rock n’ Roll, puede resultar una tarea agotadora, pues es un proyecto ambicioso. Entre Historia, coreografías, dilemas filosóficos, proyecciones, poesía, viajes y por supuesto, música de primera calidad, transcurren casi tres horas de explosión que mantienen atento y emocionado al espectador.

La historia comienza cuando Jan regresa a su natal Checoslovaquia en 1968, durante la invasión de los tanques rusos, tras haber sido enviado meses atrás a estudiar a Cambridge donde fue tutelado por Max, un ferviente comunista inglés.

Sin duda, ésta obra representa un delicioso reto intelectual para el auditorio, que ha de procurar no perderse ni un solo detalle de las apasionadas discusiones de Jan, Max y su esposa Eleonor, que muchas veces van más allá de sistemas político-económicos al buscar volver a preguntas esenciales como ¿qué nos hace humanos?, si existe el alma humana o ¿cuál es el balance entre el individuo y la sociedad?

La trama crece y se entrelaza con la participación de personajes como Esme, hija de Max y Eleonor; Vratislav Brabenec, miembro de The Plastic People of the Universe; Milan, oficial de policía que interroga y hostiga a Jan; Lenka, brillante estudiante que se enamora de Max; Alice, hija de Esme; y Stephen, novio de Alice. De ésta manera, el guión permite que miembros de tres generaciones con ideologías y vidas muy distintas, se enfrenten y dialoguen, haciendo la obra multidimensional: Max, el viejo comunista que ha nacido durante la Revolución rusa discute con Jan, quien ha vivido la Primavera de Praga y aboga por un sistema con rostro humano en donde cuenten los individuos y se respete su libertad, y con Stephen, el joven partidario del nuevo comunismo que busca replantearse y modernizarse, cosa que para Max es impensable. Lenka y Eleonor, quienes creen en la sensibilidad del cuerpo y de su valor inmanente se enfrentan a Max, para quien todo es controlado por el cerebro, sin más.

Rock n’ Roll nos sugiere reflexionar sobre nosotros mismos y sobre las formas de organización a las que nos hemos sometido al resultar modelos que determinan nuestra manera de vernos los unos a los otros, de relacionarnos y de definirnos.

Todo esto es conducido por la explosiva mano del rock n’ roll, una de las expresiones humanas más universales, completas y revolucionarias. Por eso es que Jan salvaguarda con pasión casi exagerada sus vinilos y por eso es que la policía secreta checa se esmera tanto en destruirlos: por lo que significan.

La música, que con el pasar de los actos atraviesa la epidermis y se va alojando en lo más profundo, nos involucra cada vez más al utilizar himnos de Jimi Hendrix, Pink Floyd, Bob Dylan, por supuesto The Plastic People Of The Universe, The Doors, The Beatles, The Beach Boys, Syd Barret, John Lennon y The Rolling Stones, entre otros.

El guión, la música con banda en vivo, el montaje que incluye un escenario dinámico que se transforma constantemente, así como la introducción de una pantalla que proyecta las imágenes de una máquina de escribir que es utilizada en vivo para narrar la historia y las excelentes actuaciones de Juan Manuel Bernal, Karina Gidi, Sophie Alexander, José Caballero y el resto de los intérpretes, nos transportan a una época movilizada por las dialécticas que surgen entre represión y liberación, poder y justicia, razón y amor, música y silencio.

Rock n’ Roll nos enseña de Historia, de relaciones humanas y de la vida misma, pero sobre todo, nos recalca la importancia, gigantesca, monumental, de nunca cortarse el cabello.